Alfonso y Alicia 2


ALFONSO


Conmigo tú tienes suerte
yo estoy rogando “Rebeca”
que Dios aplace mi muerte
¡para pagar la hipoteca!


Soy un tipo buena gente
que teniendo admiradoras
con las que tú te acaloras
contigo soy consecuente.
En el trabajo arduamente
laboro pa’ mantenerte
sola no puedes valerte
eso hace que reniegues
y por mucho que lo niegues
conmigo tú tienes suerte.


Si es el credo el que me embroma
para dejarme maltrecho
yo también tengo derecho
de hacer una maroma.
Si nada logro de Roma
intentaré con La Meca
no soy un cabeza hueca
y ante ti, ¡que eres mi cruz!
que no me falte la luz
yo estoy rogando “Rebeca”.


Con tus celos diariamente
me das una pesadilla
sin embargo una tortilla
nunca me la das caliente.
Tú quieres que eternamente
en tus brazos me despierte
para tal fin con voz fuerte
como habla tu marido
mirando al cielo he pedido
que Dios aplace mi muerte.


Dizque el hombre al tiempo mide
yo creo que es al contrario
y en la vida este becario
a Dios prórroga le pide.
Pues solo el Señor decide
si prolonga o no la beca
también te aclaro ¡babieca!
que sin oír tus regaños
quisiera vivir cien años
¡para pagar la hipoteca!


ALICIA


Ojalá que Dios te escuche
si el ruego sale de lo hondo
mientras te escucha ¡sabiondo!
¡trae para llenar el buche!


Alfonso, tu color pálido
que es de rana platanera
presagia y a la carrera
que se te acaba lo válido.
¡Ánimo querido escuálido
dale vuelta al coqueluche!
no busques que te serruche
otro, el piso por enfermo,
porque preocupada duermo
ojalá que Dios te escuche.


De trabajador y apuesto
yo no te discuto nada
mas al estar de picada
mis vibraciones te presto.
Con lo que yo me he propuesto
tú vas a caer redondo,
mira que por ti respondo
hasta yo misma me asombro
y voy a meter el hombro
si el ruego sale de lo hondo.


Te hiciste crecer la barba
pa’ aparentar que eres sabio,
tu comisura del labio
luce un palo que no escarba.
Por tu oreja anda una larva
pero tú ¡mondo y lirondo!
ya hemos tocado fondo
de grandeza por tus muestras
Dios te exige horas extras
mientras te escucha ¡sabiondo!


Con los amigos que tienes
y las continuas parrandas
igual que bola a tres bandas
por la calle a casa vienes.
Tú dices que me mantienes
mas me obligas a que luche
de carretilla un “sanguche”
para el refrigerio ¡ten!
que si quieres comer bien
¡trae para llenar el buche!

© 2005 Luis Bárcena Giménez
Share on Google Plus

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.