El bombero y el metiche


METICHE


Aunque yo no soy bombero
ni cuento con escalera
acudo al lugar ¡primero!
corriendo con mi manguera.


Gritan ¡fuego! con vehemencia
y contra él ¡debo luchar!
para así poder estar
tranquilo con mi conciencia.
Pese a que es impertinencia
que corten mi mañanero,
dejo a la mujer que quiero
diciéndole un ¡hasta luego!
y voy en busca del fuego
aunque yo no soy bombero.


Hasta el último confín
voy en busca de esa lumbre
después de todo es costumbre
¡tener en la cara hollín!
Y siendo muy noble el fin
me pertrecho a mi manera,
voy con mi silla’ e madera
y mi gorra pa’l chubasco
porque yo no tengo casco
ni cuento con escalera.


Yo no actúo por lucirme
¡y sí actúo por civismo!
y además porque lo mismo
puede también ocurrirme.
Es igual pa’ mí batirme
en edificio o potrero,
y como soy tempranero
por costumbre ¡para todo!
así haya en la acera lodo
acudo al lugar ¡primero!


Me sirve que fui comando
de la gloriosa marina
y pa’ orgullo de mi china
siempre estoy colaborando.
Y escucho que grita cuando
ya he pegado la carrera,
mi mujer me dice: ¡espera
que un pantalón te consigo!
mas hacia el incendio sigo
corriendo con mi manguera.


BOMBERO


¡Yo sí soy un buen bombero!
con el fuego me chamusco
y entre la candela busco
¿malheridos? ¡no, dinero!


De la Bomba principal
yo soy parte del equipo
y por ende participo
en toda la capital.
Yo soy un profesional
no un metiche chapucero,
del tejado en el alero
le disparo agua a las llamas
y así les digo a las damas
¡yo sí soy un buen bombero!


En Surco y El Martinete
en Miraflores, Barranco
como no soy ningún manco
sé aplicar un torniquete.
Cuando es pequeño el boquete
¡no sé cómo me reduzco!
y puesto que me introduzco
desde un ambiente externo
igual que en el mismo infierno
con el fuego me chamusco.


Ya nada me causa asombro
y en esa escena que es fea
es muy ardua mi tarea
removiendo cada escombro.
Es por ley que yo en el hombro
sienta un manotazo brusco,
de mi jefe yo traduzco
su mirada inquisitiva
me trago el humo y saliva
y entre la candela busco.


En dupla cualquier misión
de dura se torna blanda
aunque el jefe que me manda
es bastante zorronglón.
Anoche, la intervención
fue en la casa de un joyero,
hay veces que sale ¡cero!
nuestro balance allí adentro
y se debe a que no encuentro
¿malheridos? ¡no, dinero!


© 2007 Luis Bárcena Giménez
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