LA PREGUNTA
¿Has leído prenda amada
en mi cuerpo las noticias?
tus besos y tus caricias
¡ya no me sirven de nada!
Casados, años llevamos
y otro año recién comienza
y la mayoría piensa
¡como hace años nos amamos!
Bajo el mismo techo estamos
día, noche y madrugada,
los labios y la mirada
silenciosos se confiesan
y todo lo que te expresan
¿has leído prenda amada?
Cuando en la noche reclama
el organismo, placer,
tienes la intención mujer
de amor avivar la llama.
Te desnudas en la cama
y con tu piel me acaricias,
siempre ávida de primicias
estás, porque así has nacido
y ¿leer tú no has podido
en mi cuerpo las noticias?
Ni tus famosos extractos
me levantan la moral
y es una cosa habitual
que fracasen nuestros actos.
Si crees que tus contactos
son mis carnales delicias,
más que amarme, me ajusticias
y yo pierdo la razón
porque los culpables son
tus besos y tus caricias.
Ya perdida la ilusión
todo se vuelve rutina
y lo nuestro ya camina
sin ninguna dirección.
El amor y la pasión
han caído de picada,
dentro de nuestra morada
no gobiernan los espantos
pero todos tus encantos
¡ya no me sirven de nada!
LA RESPUESTA
¡Se hace la interrogante
y también se da respuesta
cuando se encuentra interpuesta
entre hombre y mujer, la amante!
Si los gestos son esquivos
en el hombre conocido
es que se ha vuelto un sabido
con sus puntos suspensivos.
¿Motivos?, ¡no hubo motivos!
¿y se mantiene?, ¡distante!
¿cerveza?, ¡toma bastante!
¿después de comer?, ¡eructa!
¿y acerca de su conducta?
¡se hace la interrogante!
De cualquier cosa se queja
y atendiendo a su aflicción
se le da una explicación
pero no para la oreja.
No apuesta por la pareja
¡siempre! por él mismo apuesta
con la mano sucia puesta
en su frente cejijunta
lo más fácil se pregunta
¡y también se da respuesta!
Quiere arrancar de raíz
de esposo su vida entera
porque ahora considera
su matrimonio un desliz.
En la calle está feliz
y en la casa se molesta
en relación indigesta
aunque nunca se le nombra
la culpable es una sombra
¡cuando se encuentra interpuesta!
Este hombre se hace mezquino
y tanto, que del altar
reniega y quiere negar
lo que juró ante el Divino.
Conoce bien el camino
pero no sigue adelante
y yo le digo al farsante
que busca que me despiste
que esto pasa cuando existe
¡entre hombre y mujer, la amante!
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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