Piropeador y piropeada


PIROPEADOR


¡Maribel qué buena pinta
por doquiera que tú vas
muy sabrosona tú estás
cual calamar en su tinta!


Con trajes muy convenientes
para las cuatro estaciones
haces todas tus funciones
dando ejemplo a tus parientes.
Llevas de oro dos pendientes
y en el cabello una cinta
a ser reina de la quinta
has pasado, ¡soy testigo!
y aquí en tu cara te digo
¡Maribel qué buena pinta!


Además de perfumada
cuando utilizas escote
para que tu fe se note
llevas una cruz colgada.
Tu imagen a la mirada
deleita como jamás
en tributo a lo que das
los muchachos que cautivas
te gritan que siempre vivas
¡por doquiera que tú vas!


Tan solo no es el peinado
lo que te hace atractiva
pues sin duda por activa
el pompis te ha engordado.
Aprovecha tu reinado
y vívelo ¡a todo gas!
no debes dar marcha atrás
hacia recuerdos ingratos
ahora hasta con zapatos
¡muy sabrosona tú estás!


Entre exquisito montaje
de cinta, tintura y laca
por más abajo destaca
lo minúsculo del traje.
Por cierto, tu maquillaje
ni con lluvia se despinta
completamente distinta
con donaire te conduces
y en marea humana luces
¡cual calamar en su tinta!


PIROPEADA


Tu muestra de admiración
yo te la agradezco Andrés
¡que me piropea un pulpo
esta es la primera vez!


Las verdades, ¡son verdades!
y las mentiras, ¡mentiras!
no me ofendes si me miras
para ver mis cualidades.
Hablando de actividades
¿tú cuando entras en acción?
me impide la ocupación
que tengo, ver todavía
si es elogio o ironía
tu muestra de admiración.


Aunque el tiempo es limitado
y pensar mucho me cuesta
voy a darte una respuesta
pa’ que no quedes frustrado.
¿Por qué te has manifestado
con notoria timidez?
¡pero hombre! qué insensatez
es esperar que me pique
y la entrada pa’l palique
yo te la agradezco Andrés.


De mi juventud en la flor
estoy ¡y me pago el gusto!
porque aparte de mi busto
¡mi pompis es lo mejor!
No necesito escultor
porque yo misma me esculpo
de mi atractivo me culpo
¡perdiste la cabezota!
y toda la gente nota
¡que me piropea un pulpo!


Es normal que la boca abras
para mostrarme los dientes
tú dirás cosas hirientes
¡pero no me descalabras!
De muchos oí palabras
con sentido y brillantez,
que me hace ver su escasez
un insípido molusco
ojos saltones y chusco
¡esta es la primera vez!

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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